Las marcas invisibles del maltrato
Los especialistas sostienen que la agresión verbal está en claro aumento. Según la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el 90% de los casos de maltrato familiar son psicológicos
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Una de las imágenes de la campaña televisiva El verdadero alcance de las palabras, impulsada por un grupo de ONG y el Consejo Publicitario.
"¿Así que no querés comer?", grita una madre mientras le tira la comida en la cara a su bebe, que rompe en llanto.
No parecés hijo mío o No servís para nada son frases que retumban a diario en los oídos de miles de niños que creen en todo lo que se les dice y les quedan grabadas para siempre.
Especialistas coinciden en que las formas de maltrato psicológico infantil, dentro del cual se encuentra el verbal, son un mal naturalizado y extendido en nuestra sociedad. Al no dejar marcas visibles, esta forma de maltrato, que afecta profundamente al niño, pasa inadvertida.
De hecho, la violencia psicológica es uno de los principales males que sacuden los hogares argentinos. Los datos de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que sostienen que el 90% de los casos de violencia familiar son psicológicos, confirman esta realidad. Entre 2008-2009 ingresaron 7299 casos de personas afectadas, de las cuales el 23% fueron niños menores de 18 años.
El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia (UCA y Fundación Arcor) indica que las formas de disciplinar a los niños entre los 6 y los 12 años es a través de penitencias y retos en voz alta, en un 77,7% y 73,5%, respectivamente. Asimismo, el 10% disciplina a su hijo a través de agresiones verbales.
Lucía, de 5 años, fue separada de su familia por problemas de violencia doméstica y trasladada al Hogar Juanito, de Colegiales. A pesar de eso, la violencia se siguió colando en los encuentros que su madre mantenía con ella en el hogar. "Sos una tonta, una estúpida", le decía su madre a Lucía cuando ella no quería salir del pelotero, en una de sus visitas. "Villera de mierda, ¡me tengo que ir!", repetía la madre. La pequeña, que tiene un retraso madurativo, se resistía a salir del lugar de juegos, hasta que por fin la madre la persuadió y la llevó alzada sin siquiera darle tiempo para ponerse los zapatos.
La violencia verbal, no es la única forma de maltrato emocional o psicológico que pueden sufrir los menores; no respetarlos como personas, insultarlos, quitarles o romperles los juguetes, encerrarlos en sus habitaciones, sobreexigirlos, hacerlos partícipes de las peleas de los adultos, la falta de comprensión, entre otros, son también otras formas de degradarlos y humillarlos.
La Fundación Juanito brinda desde 1995 protección a la adolescencia y niñez en riesgo y en este momento tiene 21 chicos en su hogar. "El maltrato verbal ocurre en todas las casas. Por lo general, los padres no son conscientes de cómo tratan a sus hijos", dice Lorena Naveira, coordinadora del área de Aprendizaje. Y destaca: "No pasa nada si una vez le gritás a tu hijo, el problema es cuando se vuelve algo reiterativo y se convierte en un modo de crianza".
Marisa Herrera, consultora del área de Protección de Derechos de Unicef, cita el Estudio Mundial sobre la Violencia contra los Niños de la Secretaría General de las Naciones Unidas para alertar que "gran parte de la violencia contra los niños permanece oculta por varias razones, y destaca el miedo a denunciar, la aceptación social de la violencia, la idea de disciplina, la falta de ámbitos de atención e intervención acordes con la situación de maltrato que se trate".
LA VOZ DE LOS CHICOS
Las organizaciones sociales Save the Children y ETIS, Equipo de Trabajo e Investigación Social, llevaron adelante el estudio Contra el castigo físico y humillante: voces de los niños y niñas , que está basado en la mirada que tienen los niños sobre la forma de castigo que reciben por parte de los adultos. El 97% de los chicos consultados concuerdan en que insultarlos o decirles malas palabras no sirve para educarlos. Además, la mayoría de ellos admiten que sienten ganas de llorar y bronca cuando una persona grande les grita. Al preguntarles acerca de quiénes son las personas que usualmente castigan a los chicos, el 50% respondió que sus padres, y un 13,5% que son sus maestros o profesores.
"Es necesario recurrir al diálogo y a la conversación. Muchas veces los insultamos creyendo que con eso vamos a modificar su conducta", reflexiona Henry Chiroque Solano, de Save the Children.
Ianina Muñón, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, cree que "aproximarse a la medición de las formas y actitudes con las que los adultos de referencia se vinculan con sus hijos es importante porque las críticas y acciones que reciben los chicos, sobre su persona, influyen en la construcción de la autoestima, compromete la salud psíquica del niño, su desarrollo cognitivo y los procesos de aprendizaje futuros".
La madre de Matías estaba presa y le prometía a su hijo que cuando saliera iban a vivir juntos. Matías soñaba con ese día, en sus cumpleaños pedía plata y la ahorraba con fervor para el momento en el que ella saliera de la institución. Cuando finalmente su madre quedó libre, no cumplió con su promesa. Matías continúo en el hogar Juanito y comenzó un boicot hacia el colegio, los psicólogos y su entorno en general. "El maltrato psicológico puede ser sutil", explica Naveira.
"Llama mucho la atención cómo en la consulta de orientación familiar los miembros de la familia se expresan maltratándose, y ante la observación por parte del profesional se sorprenden, como si no entendieran qué puede tener de malo, de perjudicial, no sólo para el niño o la niña que reciben la descalificación verbal, sino para el sistema familiar", reflexiona Carlos Camean Ariza, director del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral.
Ante la gravedad de este tema y la necesidad de concientizar acerca de que el maltrato verbal es violencia, el Consejo Publicitario Argentino, junto con el Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia (EDNA) del Obispado de San Isidro, Cáritas Argentina y la adhesión de Red Solidaria, está realizando la campaña El verdadero alcance de las palabras , que cuenta con mensajes en televisión, gráficos, en radio y la vía pública. Ogilvy Argentina es la agencia de publicidad a cargo de la creatividad.
Además, cuentan con un sitio Web, www.escuchate.org.ar , donde profundizan en el tema. Esta página, que llama a la reflexión sobre la forma en que les hablamos a los niños, tuvo aproximadamente 11.000 visitas. María Ester Pelizzari, coordinadora de EDNA, dice: "La campaña tuvo muchísima repercusión; hubo mails de todas partes, tanto de particulares como de instituciones. Hubo personas que se acercaron para contar sus historias, para admitir que estaban haciendo lo mismo con sus hijos y nunca se habían dado cuenta".
Pelizzari agrega: "Lo positivo de esta campaña es que podemos ampliar nuestra actividad, ya que los medios masivos de comunicación nos permiten llegar a toda la sociedad y, así, prevenir situaciones traumáticas".
EDNA brinda asistencia y acompañamiento gratuito a los niños y adolescentes que sufren maltrato. El equipo interdisciplinario de dicha institución admite que la demanda es demasiado grande para la capacidad con la que cuenta, que se encuentra limitada muchas veces por lo económico, y que tienen lista de espera para los casos menos urgentes. "No atender en tiempo y forma este tipo de situaciones redunda en agravamientos y complicaciones, con consecuencias indeseables para el chico y para la sociedad en su conjunto", expresa con preocupación Pellizari.
El 22% de los motivos de consulta recibidos en 2009 por EDNA fueron por violencia familiar. Esto incluye los casos de negligencia, abandono y maltrato verbal. Este tipo de consultas no son susceptibles de denuncias o intervenciones de la Justicia, ya que permanecen en el ámbito de lo privado. EDNA provee orientación en el 95 % de los casos, y en el resto brinda atención terapéutica.
"Generalmente, toda persona que maltrata ha sufrido alguna forma de violencia de parte de sus padres o ha sido testigo de violencia", enfatiza María Lourdes Molina, presidenta de Nuestras Manos.
"Si no me paro a reflexionar, no me doy cuenta de que aunque no le haya puesto un dedo encima a mi hijo, él puede estar destruido por lo que yo le digo con mis palabras, humillándolo y denigrándolo", agrega Pelizzari, que considera que no hay estadísticas fieles sobre la verdadera cantidad de este tipo de maltrato, ya que permanecen en el ámbito privado.
El eslogan de la campaña de EDNA invita a cada persona a escucharse a sí misma, para prevenir la violencia hacia los niños que recién comienzan a comprender el verdadero alcance de las palabras.
Por Teodelina Basavilbaso
De la Fundación Diario LA NACION